David y Goliat

Es verdad que a veces en el fútbol, la lógica queda a un lado, que cualquier suposición anterior al encuentro carece totalmente de valor.

Pero si bien es verdad que en la cancha se ven los pingos, cualquier podía prever y arriesgar un supuesto resultado. De un lado estaban los dos goleadores implacables arriba y dos murallas en defensa. Y era un partido realmente difícil de ganar para cualquiera que osara enfrentarlos.

Es verdad que pudo haber sido David contra Goliat. Pero esta vez la historia fue diferente. Según el relato bíblico, este Goliat, media 3 metros, tenía como cabeza a un Galli que jugaba, hacia jugar, defendía y atacaba, y como no podía ser de otra forma, era implacable a la hora de definir. Pero eso no era todo, también contaba con el poder goleador de las piernas de Rober; los brazos de Rapo y Nacho que jamás desentonaron y dieron correcto soporte en todo momento; y una armadura impenetrable de aleación de Cordobés y Shulmi que lo hacían prácticamente invencible.

Y esta vez la historia fue diferente. Acá no hubo David que pueda hacerle frente, no hubo piedra, ni honda que lograra hacerle algún daño. A este Poderoso Goliat no se le escapo la tortuga, frente a un David pobre, flaco, desgarbado, falto de ideas. Este Goliat, no dudó y liquidó a David con 6 golazos en pocos minutos. La historia ya estaba escrita, el resto, fue más de lo mismo. Luego hubo un intento de emparejamiento (Herno por Shulmi) que solo logro prolongar un poco más la agonía de un David ya a esta altura, moribundo.

Por un lado, el Galli de siempre, implacable con los guardametas enemigos, el que no perdona, que exige a sus adversarios hasta dejarlos exhaustos. Un Rober que viene mojando todas, que te mete 4 y hasta pegándole con los cordones. Con dos murallas como el incansable Shulmi y el cordobés (toneladas de testículos) que ahora también hace goles, con un nacho firme y seguro, y un rapo que no desentono y hasta se dio el lujo de marcar un gol.

Del lado contrario, poco pudieron hacer los goles de Juancho que hizo un gran partido. Un Toledo que si bien hay que reconocer que está bajando un poco más, volvió a pelearse con el arco. Un Lilo que tuvo que poco pudo hacer ante los horrores en defensa de su equipo. Un Herno correcto y seguro con la pelota, con criterio, pero que cambio de bando con Shulmi en el intento de darle al "David" una mano en el fondo. Un Chefero que corrió, intentó pero le salieron pocas, se canso de patear al NO arco. Y por último, un Guga que cada vez está jugando mejor, se lo ve más seguro, más confiado, pero que pocas veces le gano en el duelo personal al Rober.