El encuentro del pasado viernes hace recordar a grandes batallas llevadas a la pantalla grande, como el bombardeo de “Apocalypse Now”, el desembarco en Normandía de “Saving Private Ryan” o la matanza de vietnamitas indocumentados a mano de Chuck Norris en “Missing in Action”. Pero a diferencia de lo que sucede habitualmente en estos largometrajes pochocleros, el final no fue feliz. El T1000 no se hundió en el acero fundido. El cuerpo cuasi metálico de Galli siguió corriendo hasta el final, arrastrando las marcas del equipo rival hasta dejarlo exhausto, y permitiendo que su equipo pudiera anotar los tantos que le servirían para salir del campo de juego con una sonrisa.
Esto demuestra una vez más que el conjunto es más que la suma de las partes.
Si bien al principio del partido ambos arqueros se mostraron un tanto distraidos, tuvieron situaciones suficientes el resto de los sesenta minutos para demostrar lo contrario.
Este cronista se atrevería a decir que ninguno de los doce jugadores tuvo un partido flojo. Esto se dió de esta manera tal vez por la polémica previa que tuvo el encuentro en la semana. Los afiches y pancartas en repudio a la hegemonía Galli lograron motivar a ambos equipos.
Si bien el arreglo con la Comisión Directiva era que yo escribiera un texto enmarcado en el género “crónica”, lamento comunicar que gracias a mi débil memoria que no logra armar una línea de tiempo coherente, me limitaré a hablar un poco de los momentos que retengo.
La estrategia inicial del equipo Antigalli era cortar el circuito Galli-De Yong. Y fue lo que sucedió gran parte del partido. Bien ordenado en el fondo de la mano del experimentado Cune, los Antigalli recuperaban balones y hacían maldecir al hombre-máquina.
Y tan ordenado estaban los Antigalli que hasta lograron tener un gol de diferencia a su favor de la mano de Rober que recibía los balones, aguantaba la marca de Herno y Guga y habilitaba a Chéfero que aparecía corriendo como 60 lleno por la banda izquerda.
Pero el dominio del partido empezó a ser del equipo de Galli como todos temíamos antes de comenzar. Y la diferencia se tornó negativa para los Antigalli que soportaban cascotazos y hasta un tiro de cabeza de Sebas T. que cruzó en diagonal el área para estrellarse en el travesaño y volver al campo de juego.
Al margen de los resultados, fue un partido vibrante que no dejó sobrantes de ninguna de las partes. Cada uno de los integrantes fue solidario para con su equipo olvidando los individualismos, excepto por Galli que en algunas oportunidades desoyó los pedidos del cordo-holandés De Yong que esperaba un pase gol para aumentar la dieferencia a su favor.
No es mi intención pasar revisión de cada uno de los jugadores, y por eso postulo la vuelta del semáforo que tantas alegrías y peleas nos trajo en el pasado.
Volviendo a la metáfora cliché de la batalla hollywoodense, habrá que esperar a la segunda parte de esta exitosa película para saber si realmente se puede vencer a la máquina Galli y su equipo. Sólo espero no estar confundido de género y que esto en realdad sea el comienzo de la saga de Martes 13.
UnoXUno
Pro Nacho:
Shulmi: Corrió y marcó mucho. También llegó al área rival y metió un par de goles. El mejor del equipo.
Robert: Lo dejaron solo arriba en muchas ocasiones y abusaron de buscarlo con el pelotazo. Tuvo 10 minutos imparables y fue siempre la carta del gol del equipo.
Chefero: Anduvo mejor en defensa que en ataque, donde no pudo gravitar.
Lilo: De discreta actuación. No brilló como hace un par de fechas atrás pero tampoco tuvo responsabilidad en los goles del rival.
Cune: Un relojito abajo, siempre ordenando al equipo con sus indicaciones e intentando jugar con la pelota al piso.
Nacho: No fue su mejor partido. Se lastimó el pie en una jugada contra Galli y se fue del partido.
Pro Galli:
Leo: Seguro como siempre, sólo tuvo responsabilidad en el primer gol del equipo contrario. Después fue clave para sostener el resultado y salir jugando rápido.
Guga: Está demostrando, partido tras partido, que el nivel de las últimas fechas no es casualidad. Corre, marca, se proyecta al ataque y hasta lo hace sin pegar. Le falta mejorar el remate al arco y es Hugo Ibarra pero Blanco y sin Pelo.
Herno: Se tuvo que bancar a Robert casi todo el partido y lo hizo más que bien. Además, estuvo seguro con la pelota y saliendo jugando limpio del fondo. Lo único para reprochar: la falta de precisión y fuerza para rematar al arco cuando pasaba al ataque.
Toledo: De los mejores partidos que jugó en estos últimos meses. Corrió, metió, colaboró mucho en defensa y también anduvo derecho para el arco.
Juan: El arquitecto del balón apareció en un momento clave con un golazo dejando a Lilo en el piso. Metió varios goles y como siempre manejó la pelota en la mitad de la cancha con seguridad y precisión.
Eze: Más apagado que otras veces, fue bien marcado por el equipo rival y anduvo impreciso para definir aunque por suerte (para él y su equipo) se pudo destapar al final y metió un gol importante.